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Tras la Cortina

Publicado por Héctor Rivas
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  • Relatos Eróticos
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Un encuentro entre dos amigos, una simple charla literaria. Una mirada atractiva entre ambos, dos imanes de polos opuestos que no llegan a juntarse nunca…por miedo… por vergüenza… Los nervios acaban con la copa de vino de él sobre la blusa de ella, un desafortunado accidente…
Ella, empapada de arriba a abajo…sabiendo tener que ir a trabajar…con ese olor a vino sobre ella…no puede hacerlo, debe darse una ducha y cambiarse de atuendo. No puede presentarse así en la oficina, hay tiempo, no hay problema en darse una ducha. Élx es un amigo de confianza. “Espérame aquí…no tardo nada…”

Navegando por su cuerpo

Los suaves suspiros y su respiración acelerada tronaron en unos leves gemidos al rozar sus dedos entre sus piernas. El sonido de su placer hizo que asomase sus ojos ligeramente por el lateral de la cortina. Ella, desconocedora de su presencia, seguía disfrutando de los sueños perversos que a él le escondía cada vez que se veían. Tras cada charla su mente pedía disfrutar de él a sus espaldas.

Un suave giro en su mirada le alertó de su presencia reflejada en el espejo. Más allá de enfadarse, ella sacó una media sonrisa y, sin inmutarse, continuó tocandose suavemente…hasta que decidió que era el momento de sorprenderle… Se dió la vuelta y lo miró, el hizo el amago de irse, ella lo agarró del brazo y le dijo con voz suave: “no, ven”. Agarró su mano y la situó sobre su pecho, él en shock, apenas sin poder reaccionar. Entró dentro de aquel pequeño plato de ducha, bajo el agua, aún con los vaqueros puestos. Sus labios se rozaron con los de ella mientras cambiaba su mano por la de ella, comenzando a rozar con calma entre sus piernas…

Su boca navegaba por la empapada piel de ella, disfrutando del sabor de cada uno de sus poros… Sus dientes se paraban a rozar sus pezones despacio, con suavidad, solo acariciándolos, mientras su mano avanzaba entre sus piernas. Sus dedos la hacían gemir con un simple movimiento que la hizo notar dentro al hombre que llevaba meses deseando. Los labios de él continuaban recorriendo su cuerpo y se acercaban peligrosamente a los labios de ella…los de abajo… Sus besos hicieron que ella se retorciese. Sus manos se clavaron en las paredes de la ducha para sujetar su cuerpo Temblaba de tal manera que sentía que en cualquier momento perdería el equilibro.

El placer

Sus muslos comenzaron a apretar fuertemente las mejillas de él. El temblor era cada vez más intenso y los gemidos habían tornado en alaridos de placer descontrolados. En un momento, él se sabía vencedor, el sexo de ella había convertido el agua de la ducha en un simple acompañante de la humedad que ella desprendía. Sin más aviso que un sobervio grito de placer y un fuerte arañazo en su espalda, notó el placer de ella desbordando por sus labios. Lo había conseguido, el cuerpo de ella comenzó a relajarse y ella tiraba de su pelo hacia arriba, quería sentirle.

Lo besó con pasión, sin importarle que él aún mantuviese su climax en la lengua. Su mano bajó por su cuerpo para notar ese instinto que intentaba huir entre los botones de los vaqueros ya empapados de él. Al quitar los botones e introducir su mano en ellos, un suspiro de placer se escapó entre los labios de él. Quería estar dentro de ella, notarla. Agarró su cuello con pasión y la dió la vuelta, apoyando su espalda subre su pecho. Su sexo resbaló entre las piernas de ella y un grito de placer los unió en un solo ser…

Sueños

Un sonido repetitivo y estresante comenzó a sonar, y la imagen de ella en el espejo comenzó a convertirse en borrosa. El sonido no paraba y ella parecía desaparecer en el espejo. No podía ser, no lo comprendía, ahora no, ¿que ocurría?

El cerró los ojos por si era el calor de la ducha lo que lo estuviese mareando, y al abrirlos… un techo, el de su habitación… estaba sobre su cama, empapado en sudor, solo…una vez más, un día más, otra vez ella se había colado en sus sueños, pero parecía tan real…estaba tan seguro de haber estado detrás de esa cortina…

Héctor Rivas
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