¡Zas!
22 de diciembre de 2019De 100 a -100 en un Paseo y un Café
30 de enero de 2020Pues se acaba el año, sip.
Poco más de 24 horas y estaremos tomando las uvas atropelladamente mientras escuchamos a un par de famosetes en algún canal de la televisión generalista.
Sentados en el sillón, rodeados de nuestros familiares o amigos, con el pie izquierdo levantado para que no sea el primero en entrar en el año nuevo, un anillo en la copa de champán y ropa interior de color rojo. Todo listo para brindar tras esa última campanada y la boca aún llena de pedacitos de uva sin masticar, algún trozo de piel y algún pipo que se había escapado.
Llega el abrazo y los besos con los nuestros y desearnos todos un maravilloso año nuevo lleno de salud y lo demás que venga lo que tenga que venir.
Vestiremos elegantes y prestaremos atención al primer anuncio del año... ¡qué emoción! (¡madre mía...!). Algunos dejaremos a los niños con los abuelos y aprovecharemos para salir a tomar una copilla viendo a esos a los que generalmente no vemos porque no salen; nos besarán y abrazarán aquellos que el resto del año ni nos miran cuando nos ven por la calle; escucharemos feliz año nuevo una terrible cantidad de veces y la mayoría de ellas vacías de contenido, intención, ganas y sinceridad. Porque así somos. Capaces de desearnos lo mejor para el año que viene pero sin querer ser partícipe de ese año en la vida de tal o cual persona. Hipocresía 100% como trending topic del primer día del año.
Hace 15 o 16 años esa hipocresía exacerbada terminaba ahí, a eso de las 5 o 6 de la mañana, según la hora a la que cada uno se recogiera el día 1 de enero. Hoy, #hipocresíatodoelaño está presente en nuestras vidas los 365 días del año, siendo, como decía, trending topic en Año Nuevo. El resto de días se propaga habilidosamente en nuestras redes sociales, sean Facebook, Tuenti o Instagram o la que cada cual utilice o todas a la vez ¡claro que sí! ¡amiguitos forever! Personas que están ahí, detrás de una pantalla leyendo tus publicaciones y, ojo, que algunos hasta las comentan, y luego te los encuentras en la calle y ni un hola te ofrecen. Pero en Facebook somos amigos ¡claro que sí, hombre! y cuantos más mejor ¡porque yo lo valgo, oiga!
Pero la entrada de hoy no era para hablar de hipocresía, en absoluto. Mi entrada de hoy es para cerrar el año o ir cerrándolo (que mañana me lío y no me da tiempo) y lo quiero hacer dando las gracias, porque hay que ser agradecido.
De hecho este año he recibido varios whatsapp con un vídeo que circula muy bonito que habla precisamente de eso, de ser agradecido. Bueno, pues yo aquí voy a hacer eso, dar las gracias, con toda la sinceridad del mundo y con algún chascarrillo, pues puede que también, claro.
Quiero dar las gracias por todos los aprendizajes que me ha traído este año 2019 y que creo que han sido muchos y muchos de ellos se los debo a personas que han sido partícipes, en mayor o menor medida, en mi vida a lo largo de estos 12 meses. Porque en 365 días pueden ocurrir dos cosas: que nos encontremos con situaciones y personas de las que no aprendamos absolutamente nada; y que nos encontremos con situaciones y personas de las que aprendamos cosas.
En 365 días podemos no encontrarnos con nadie, podemos encontrarnos con muchas personas o algo intermedio, pero si estamos atentos, cada situación y cada una de esas personas ha aportado algo a nuestra vida. A veces cuesta verlo, sobre todo si han sido situaciones negativas, tristes, etc. pero están ahí, solo hay que prestar atención y una vez pasadas, si es que no lo vimos antes, tomarnos el tiempo necesario para sacar ese aprendizaje que puede estar más o menos oculto, pero estar, está.
Al lío que me lío.
- A quienes me ayudaron a entender que no estoy en absoluto preparada para estar en las apps de contactos pues me ocasionan frustración y me hacen pensar que el sexo masculino debería extinguirse.
- A quienes me han enseñado que debo mantenerme a cierta distancia de las personas que solo quieren estar a mi lado por puro interés y que cuando no obtengan de mi lo que quieren deciden salir de mi vida. Con más ejemplos de este tipo me va a ser mucho más fácil reconoceros y por tanto mucho más fácil mantener esa distancia.
- A quienes me han enseñado que la vida puede verse desde prismas diferentes y que hay tener los ojos abiertos pero sobre todo la mente.
- A quienes me enseñaron que no siempre querer es poder ni poder es querer. Y que las cosas no se pueden forzar, ni para bien, ni para mal.
- A aquellos que me enseñaron que las palabras se las lleva el viento y que lo que en realidad cuenta son los hechos.
- A quienes me han demostrado que las casualidades no existen, que estoy en donde estoy porque tenía que estar.
- A quienes me han enseñado que la amistad a prueba de balas sí que existe, por difícil que pueda ser llegar a ella.
- A quienes cada día se esfuerzan y se han esforzado por mostrarme valores sobre mi misma que era incapaz de ver y apreciar.
- A quienes me han mostrado que a las personas no hay que tratar de cambiarlas ni de salvarlas, que somos nosotros quienes tenemos que cambiar desde nuestro interior y en todo caso, salvarnos a nosotros mismos.
- A quienes me enseñaron a ver que puedo luchar por aquello que quiero, guste o no guste.
- A quienes me han permitido ver y saber qué cosas no quiero en mi vida ni en la de mis hijos.
- A quienes me mostraron que las relaciones pueden ser diferentes y que no tienen porque ser un constante sufrimiento.
- A las personas que están ahí, al pie del cañón, dispuestas en cada momento porque me enseñasteis que las amistades de verdad existen.
- A las situaciones jodidas porque me han enseñado que en realidad, no estoy tan mal.
Y bueno, seguro que me dejo agradecimientos de aprendizajes, pero hay uno que no me voy a dejar:
- A ti, por haber sido la persona que me llevó a quitarme la venda de los ojos y darme cuenta de que en realidad tenía que mirarme más a mi misma. Gracias, porque si no hubieras aparecido en mi vida, con tus borderías, tus faltas de respeto, tus máscaras, tu envoltorio perfecto, tus facilidades, tus quejas constantes, tus susceptibilidades, etc, etc, no estaría encontrando las cosas tan interesantes que estoy encontrando, pero no fuera, no alrededor mío, sino en mi y eso es lo más importante que me llevo de este 2019. Gracias corazón.
Los que me conocéis ya sabéis que tengo más cosas que agradecer, pero hoy... no las comparto con todos.
En fin, feliz año para todos los que me leáis y para los que no, pues también claro (aunque no os vais a enterar...)