Tú y yo sabemos que tener buenas ideas, tener creatividad, es algo que, a la hora de escribir, nos da unos puntos extra muy, muy importantes. Pero también sabemos que eso... no lo es todo, ¿verdad?
Porque, cuando nos sentamos frente al teclado del ordenador o cogemos un boli y una hoja en blanco, comienzan a aletear, dentro de nuestra cabeza, algunas "preguntitas" que se inmiscuyen, sin mala intención, pero tampoco buena, en nuestra labor creativa:
¿Sabré exponer, de manera clara, lo que quiero transmitir?
Lo que se quiere decir, lo que se dice y lo que se entiende... no siempre son lo mismo.
¿He estructurado correctamente el contenido de mi texto?
Es decir, tengo una idea y tengo que desarrollarla, ¿no me perderé en el camino?
¿Estaré cometiendo alguna falta de ortografía o algún error gramatical?
Ojo, que los correctores automáticos están muy bien, pero, a veces... nos pueden dar un buen disgusto...
Vale, de acuerdo, a lo mejor tu cabeza no se lo plantea exactamente así, pero ¿me pillas la idea?
¿Qué hay peor que poner tu creatividad, tu trabajo, tu ilusión en un texto -llámase relato, informe, novela, manual, carta, email...- y darte cuenta, cuando ya es demasiado tarde, de que contenía errores gramaticales u ortográficos o que hay frases que, para poder entenderlas, tienes que leerlas tres o cuatro veces?
¿O que de lo que querías contar a lo que al final has terminado contando... haya un abismo y tu texto, al final, no diga nada o diga muy poco.
Pues estas cosas ocurren. A mí misma me ha ocurrido.
Hace un par de años, me contactó una editorial para publicar un manuscrito de una novela que en su día escribí. Aquel día fue... puf, es que no sabría ni cómo describirlo. Aún hoy, cuando lo pienso -como ahora que te lo estoy contando- se me ponen los pelos de punta y recuerdo, a todo color, que estaba loca de la emoción. ¡Menudo subidón!
Después de unos cuantos meses de espera, los que lleva el proceso de edición de un libro, llegó a mi poder. ¡Ahí estaba!, en papel y tinta, con mi foto en la contraportada y mi nombre en la portada. ¡Qué flipe! "Esto hay que leerlo de nuevo", me dije.
Y ahí estaba yo, con mi libro entre las manos. Comencé a leer y, sorprendentemente pensé: "me encanta" -después de tantas correcciones y tantas lecturas, le había cogido hasta manía- y me enganchó desde el principio. Así que, estaba feliz hasta que...
Aquel error me lo comí yo, se lo comió el corrector de la editorial y se lo comieron todos los correctores automáticos que se utilizasen.
Soy correctora de textos desde hace tiempo y no hay texto que lea en el que no vea problemas estructurales, de estilo, de gramática o de ortografía.
Leo, releo, corrijo y veo, claramente, que a la hora de escribir, existen patrones en los que se suele patinar mucho, errores que son muy comunes.
Y tiene solución... vaya si la tiene. Te lo digo porque yo he pasado por eso también con mis propios textos.
Leer, corregir, redactar.
Puedes evitar, de una vez por todas, darte cuenta, tarde, de un post mal construido y que ya han visto 1300 personas; de la presentación que ya estás mostrando y que hiciste con total interés en Canva o Power Point, con errores que saltan MUCHO; o de ese relato que has escrito poniendo el alma en ello y que, al dárselo a leer a otro que no eres tú, te dice con apuro que no entiende muy bien cómo va la trama. De verdad, pocas cosas habrá que sienten tan malamente (tra, tra).
Esto lo sé yo, pero tú también lo sabes.
Y, por todo esto, estamos aquí. Tú y yo.
Tú, porque mientras lees esto aceptas que te vendría fenomenal mejorar ciertos aspectos de tu escritura y yo, porque tengo los recursos para echarte un buen capote con eso.
Y, ahora sí, voy a contarte qué es lo que te ofrezco en esta Mentoría Grupal de Escritura, ¡vamos al lío!
Esta formación está dirigida a ti si te sientes identificado/a con una de estas dos situaciones:
30 horas lectivas. con periodicidad de 2 horas a la semana.
1) Presencial:
existen dos opciones:
El lugar en donde se impartirá la formación será en la CASA DE LA CULTURA de VENTURADA.
1) Online:
dos posibilidades:
La idea de esta formación es que lleves a otro nivel tu talento escribiendo y lo haremos de una forma eminentemente práctica, no puede ser de otra manera.
Nuestras prácticas consistirán en redactar-leer-corregir-redactar y vuelta al inicio. Aprendemos practicando y practicando.
La parte teórica de la formación, que la habrá, estará llena de recursos que apoyarán la parte práctica. Como propuesta de "Proyecto Fin de Mentoría" escribirás un relato, del género que quieras y te apetezca. Será el momento de poner a prueba poniendo a prueba todo lo que hayamos visto durante la formación; partirás de una idea, le darás estructura, estilo, la desarrollarás y la llevarás al papel sin un error.
La práctica te llevará a pulir esos pequeños errores que habitualmente cometes y por eso, debes saber que, si te matriculas en esta formación te pediré que trabajes en las sesiones y que trabajes en casa.
¡Tranquilidad! Soy consciente de las mil y una tareas que tienes en tu día a día, pero piensa que si no practicamos y practicamos no estaremos sentando las bases para integrar en nuestra mente lo que aprendemos.
Hay una cita que me flipa, de Oscar Wilde, que dice así:
No existen más que dos reglas para escribir:
tener algo que decir
y decirlo.
Pero... ¿esto es, en la realidad, así?
Mis alumnos de 1º y 2º de la ESO me preguntan qué necesidad hay de aprender a escribir correctamente si, al final, quien te lee te está entendiendo igualmente.
Y no les falta razón, ¿no? Pero se les olvida algo, algo que, en mi opinión, va intrínseco en al amor por escribir:
Así que, sin ánimo de contradecir a Oscar Wilde, más bien con la intención de añadir algo a su pensamiento... lo dejaremos así:
No existen más que dos reglas para escribir:
tener algo que decir
y decirlo correctamente,
transmitiendo lo que quieres transmitir de verdad.
¿Qué quiero contar o transmitir? El «germen» de un texto es una idea y, después, hay que desarrollarla. A menudo, leo ideas brillantes que se perdieron en el texto y no llegaron a su fin. No tenían estructurada su idea; le faltaban los puntos clave. Tener un buen guion que seguir, a la hora de redactar, es fundamental y será nuestro guía, quien si nos desviamos del asunto… nos devolverá a nuestro camino.
Saber adecuarnos el lenguaje de nuestro/s lector/es o al tipo de texto que vamos a escribir; evitar repetir la misma palabra en un espacio corto; enriquecer nuestro léxico haciendo uso de los sinónimos; utilizar recursos literarios adecuados; escribir de la manera más sencilla posible, sin ser rebuscados, haciendo un correcto uso de nuestra maravillosa sintaxis.
La Gramática nos sirve para saber utilizar nuestro lenguaje. Saber emplear las formas verbales correctamente; concordancia de significados entre adverbios y verbos; evitar los leísmos, loísmos o laísmos; saber utilizar el «de» con el «que»; colocar la puntuación de manera adecuada; concordancia entre los diferentes elementos de una frase; y un largo etc.
Escribir palabras sin tilde o con una tilde mal situada… no es la mejor carta de presentación. El uso de las nuevas tecnologías está haciendo mucha «pupa» a este área de nuestra lengua. Abreviaturas incorrectas; eliminación de caracteres en una palabra; palabras con «h», sin ella; y muchos más errores ortográficos que, sin darnos cuenta, podemos trasladar a textos importantes… y eso, eso es un auténtico descalabro.
Sí, ya sé que podría estar dentro de gramática, pero es que este tema… merece un espacio especial…
Sin duda alguna AQUÍ es donde más tropezamos. Y, es que, esto de saber dónde pongo la coma o si esta me sobra; o si sería mejor poner un punto y coma; o si este guion es un guion o una raya… nos puede volver locos o locas. Y no es un asunto menor… ¿has visto cómo cambia lo que queremos transmitir en función de dónde realizamos la pausa?
Licenciada en Periodismo por la Universidad San Pablo CEU. Amante de las letras desde que tengo uso de razón -por algún sitio guardo todavía textos que escribí cuando era una pequeñaja-. Creativa, directa, honesta y responsable. La vida me fue llevando por derroteros alejados de mi gran pasión y, aunque en la intimidad nunca llegué a abandonarla, quedó relegada a un pequeño espacio de mi tiempo. Por diversas causalidades, las circunstancias, me devolvieron a mi "sendero", ese que yo traía de serie y que, unos cuantos años después, me traen hasta aquí, frente a ti.
Publiqué mi primera novela en 2021 -Yo Expreso, sin Azúcar ni Sacarina- con Ediciones Europa. Tengo publicados más de cincuenta relatos de diversas temáticas; actualmente colaboro con la editorial Anima Ignis como correctora de textos y estoy cocinando, a fuego lento, mi próxima novela.
No volveré a abandonar mis letras, estoy segura de ello, porque son mi lugar preferido del mundo, ese especio en el que me encuentro conmigo misma, en el que me siento en paz y serena.
Mi principal objetivo, en esta Mentoría Grupal de Escritura, es que al finalizar estés lleno/a de confianza y seguridad cuando te pongas delante de una hoja en blanco.
Eso es lo que vas a conseguir.
Y cuando tengas que escribir ese post en redes sociales o presentes ese informe en el trabajo o cuando participes en un concurso de relatos... tendrás la confianza y la seguridad necesarias para hacerlo y para hacerlo bien.
¿Qué? ¿Te apetecer vivir esta aventura? Mira que te dejo un ratito para que lo pienses, pero tampoco quiero que caigas en eso que llaman parálisis por análisis, básicamente porque eso si que no te da nada... venga que el tiempo acaba, tic, tac, tic, tac...
Formación de 30 horas
Formación de 30 horas
Grupos Marzo completos. Si quieres realizar esta formación, ponte en contacto a través de teléfono o mail.
Formación individual abierta. Infórmate.
Para cualquier duda o consulta que necesites hacerme, puedes ponerte en contacto conmigo a través de los siguientes canales